Siento mis nervios a flor de piel.
Y es que no pueden culparme, tiene una mirada que traspasa tu piel y sientes que ve tu alma.
No sé cómo tendré la valentía de acercarme esta noche.
Las luces de la fiesta me recuerdan que hay más personas en el salón y no sólo nosotros dos.
Desvío mi mirada hacia otra persona que no conozco sólo para evitar que digas que soy una persona acosadora.
Quisiera correr hacia ti y preguntarte si podríamos conocernos más.
He tomado varios vasos de alcohol buscando el valor en ellos para poder tan siquiera acercarme al lugar donde estás.
¡Demonios! Maldito alcohol, maldito valor, no funciona.
Ups, ¿puedo maldecir?
Si es en mi mente, si puedo, ¿verdad?
Salgo de la pista de baile tras la abrumadora sensación del sonido y cuerpos sudorosos alcoholizados.
Centro mi atención en una ventana que no se ve nada hacia al exterior, ¡lo que me faltaba!
Sólo refleja la imagen de lo que estaba tratando de escapar, de ti.
Puedo notar que no te estás divirtiendo en la fiesta.
Por favor, comparte uno de tus tantos pensamientos conmigo.
¿Es amor o atracción lo que estoy sintiendo hacia ti?
No lo sé, es un sentimiento que nunca lo he experimentado. Es muy confuso.
Vuelvo a desviar mi mirada de ti demonio, de lo contrario, no te dejaré ir esta noche.
El anfitrión de la fiesta se acerca a mí y lo único que puedo hacer es asentir y sonreír a lo que dice porque mi mente sigue estando contigo.
Suficiente.
Saldré, tomaré un poco de aire y le pediré a todas las divinidades del cielo que me den el valor para hablarte.
Porque me pregunto ¿ángeles y demonios pueden enamorarse?
Espero que sí.
Espero que pueda encontrar el camino hacia ti.