Algas marinas
acercan las resacas
hasta la orilla.
Olas gigantes
que llegan resignadas
y adormecidas.
Olor a brea,
a yodo y al salitre
de los océanos.
Y en medio el mar,
el centro de la imagen
y el pensamiento.
Todo te embriaga,
te abraza, te subyuga
y hace soñar.
Y tú sonríes.
Estás de vacaciones
y es lo que importa.
Atrás dejaste
la vida y ajetreo
de la ciudad.
También las prisas,
las dudas y el esfuerzo,
del día a día.
Pero conservas
las tiernas mariposas
en tus pupilas.
Y ellas te harán
sentir nueva alegría
junto a la mar.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/07/22