Syol *
A FILO DE ESPANTO
Una pared desnuda,
tiñe de luz el relámpago,
y entre adoquines un manto,
baja la calle oscura.
Soplo de astro regala,
plateado tras el portón,
a fiesta de sombra, y ladrón,
la más fina porcelana.
Y plomizo entre las manos,
rostro de ajeno viento,
asoma al vidrio creciendo,
en un levitar malsano.
Salta la sombra que obsede,
ceja en arco la ventana,
insomne crimen que llama
y en roto marfil se duerme.
Escupe caricia el martirio,
el grito apenas resbala,
bajo la mordaza clama,
a lejana cumbre auxilio.
Lleva arreos la estampida,
y danzan amargos los linos,
cantan los dardos chasquidos,
bajo viril embestida.
Flamean galope las paredes,
gimen los cuerpos calcinados,
y un tegumento manchado,
nace calmando placeres.
Saciado ladrón sobre la espiga,
ignora que la daga salta,
brillando a ciega espalda,
desde la mano que expira.
Un lirio ajado padece,
entre espinas y almohadas,
sobre un hilo de mirada,
cielos ya la piedra mece.
Recoge la noche el manto,
que entre adoquines perece,
y el relámpago retuerce,
ya sin luz ante el espanto.