Oscuridad proferida
por la luz fractal
del cristal roto,
infectado de interiores.
El sueño es un desvío
hacia el sol grisáceo
del color hueco del ángel.
Procurando no pensar
con la mirada,
para alejar el vértigo
de la centelleante ambrosía
como negra calma
del alma índigo.
Símbolo ardido
donde amanece
una breve prehistoria
del estío.