Si tu Dios me diera la eternidad de tu presencia.
No sé qué haría para que perdurara la vida mía.
Es muy triste tener que confrontar tu ausencia
y vivir, sin tenerte, que era lo que lo más temía.
*-*
Desde el calvario que me he dado voy orando.
Pido al Señor en mis plegarias, me dé fortaleza,
Sufro tanto amándote que, sin duda, voy pecando
y para pensar, no tengo muy bien esta cabeza.
*-*
Sí la vida me ha dado una preclara inteligencia,
me digo, noche y día, qué, hago para olvidarte.
Hoy me creo contigo, el amor y la indulgencia.
Que no se diga que yo a ti, no supe amarte.
*-*
Todo en la vida tiene un comienzo y un claro final.
El Creador, hizo arreglos y conviven vida y muerte
Y el acto de amar o de odiar, es en sí mismo, fatal.
Nadie diga que, amar, es sólo asunto de suerte.