Tomamos las hojas del camino
Las lanzamos a no se qué horizonte
Pensando en lo que llevamos dentro
Y en el reflejo de las olas
Y en las voces del abismo
Nos hemos olvidado de esos lugares
En aquel frenesí insinuamos unos nombres
En aquel frenesí miramos nuestra sombra
Hemos andado por los extremos
Simulando que tenemos el dominio
Seguros de que caer
Existiendo en el camino
Vivimos acariciando la seda
Conjugando sentimientos
Dirigiendo nuestros ojos
Imaginando un sendero que se extingue
Jurando en el horizonte
Siempre olvidaremos la cadencia de las olas
Siempre experimentaremos su capricho
Su dominio sobre el tiempo
Su poder bajo nuestros ojos
Quizá perdamos el favor de los bosques
Quizá se acumule el aleteo del ayer
Y en un segundo
Y en lo que demoran las hojas al caer
Salvaremos nuestra propia conquista