No sé si veo algo
en la distancia acercárseme
y mi mundo se cae
todo en mil pedazos.
A dónde andar
con esta fiebre salvaje
que me corroe la sangre
si no hay caminos
y mi esperanza está al mínimo
otro día
sin ti a mi lado
que al menos aún algo me alivies
tras cortina en reservados...
Y saco al monstruo
y no es tan malo,
lo escondo entre mis sábanas
de madrugada
junto con todo lo que mi voz arastra
hacia el desastre
por las calles del pecado.