Allí descansa el costal de huesos sobre la árida y seca tierra,
y yo curioso y extraño
me pregunto sobre sus vivencias, sus recuerdos; sus deseos, sus dolores; sus amores.
Allí descansa el costal de huesos sobre la fría tierra,
lo que una vez fue
ahora ya no es,
pensar que carnes cubrieron aquellos restos óseos,
carne que alguna vez descoloró,
piel que alguna vez la cubrió,
piel que tuvieron caricias,
y caricias que tuvieron nombre...
Allí descansa el costal de huesos,
Sin su lápida fría.