DE USTED
Me gusta de usted su extrema elegancia,
que empieza seguro con esa corbata,
y el casimir fino, del traje plomizo,
me gusta mirarlo tirado en el piso.
Me gusta de usted aquella fragancia,
que luego en su cuerpo ya puedo tocarla;
y su pelo rubio, me gusta también,
aunque haya encontrado platinos en él.
Me gusta de usted aquella prestancia
que tiene en el porte y tiene en la facha,
pero sobre todo, me gusta de usted,
la clara abundancia de mente, y de ser.
Me gusta de usted hasta su arrogancia;
y verlo de pronto amar con el alma,
aquellas posturas que ya imaginé,
desde poco antes que las pueda ver.
Y claro me gusta, de usted, la constancia;
la entrega absoluta a todas mis ganas,
cuando se detiene ese su reloj
hasta que la sangre nos hierva a los dos.