Abro los ojos y ahí apareces,
no sé si pensar que aún sueño.
Miro a la ventana y está oscuro
y en mi habitación huelo el aroma
de la dulce fragancia de tu perfume,
atmósfera perfecta, mi aroma favorito.
Con suavidad beso tu cara,
y me trato de levantar de la cama,
pero algo me lo impide,
tu perfecta y frágil mano blanca,
me agarra de mi brazo
y dulce y suave me dices “no…”,
sin que termines de decirlo,
te tomo de tus hombros,
y el dulce beso de tu piel,
me hace estremecer…
Embriagado del sentimiento de tu pasión,
que invade mi cuerpo al roce de tus labios,
es chispa que prende mi ardiente hoguera,
besas mi rostro con tal suavidad,
que la pasión no puede esperar,
nuevamente nos volvimos uno,
de nuevo, como antes, eres mía,
y en un loco frenesí de besos y lujuria,
consumimos nuestros cuerpos,
en las llamas del deseo…
Un tierno beso en mi frente,
una tierna caricia en tu cadera
tu bella sonrisa y un “buenos días”,
así empieza otro día…