Que razones tengo hoy
Para recibir las dos o tres palabras
Que me arrojas desde la ventana de tu orgullo
Que razones tengo ya
Para arañar las esquinas del silencio
Para acomodarme en el rincón
Al que bautizaste con mi nombre un día
Que razones he de tener
Para seguir alunado en tu sonrisa
Para soñar tu piel una y mil veces
Para limpiar tu pedestal a diario
Ya no hay razon para arrojarme
Terriblemente al abandono
Ya mis ideas son tus ojos
Mi orgullo tiene tu aroma
Mi alegria esta en tu bolsillo
Y el tiempo me mira de reojo
Decepcionado de mis pasos lentos
Desde la cima de mi castillo de naipes
Arrojo pétalos a tu paso
Me visto de sol para menguar tu ceguera
Te enseño a escribir amor sin reirte
Ya no hay razones
Las devoraste
Solo me queda esperar
Que llegue ese dia vacio
En que nisiquiera recuerde tu ausencia