Quizás las hadas son el efecto de un sueño con alas blancas que al menor murmullo se escabullen o se ocultan tras el viento.
Quizás el viento es el efecto del soplar de las hadas que inquietas por el murmullo intentan acercar una nube que les ayude a cubrir su presencia.
Quizás las nubes son el efecto del agua evaporada por el cálido aliento del soplar de las hadas que sedientas y cansadas de tanto mimetismo recogen un poco de líquido vital para mantenerse despiertas y activas.
Ahora te miro y te encuentro Hada, Viento y Agua ¡
Te descubro, levanto la nube para percibir de cerca tu calidez y beber de tu vitalidad ¡
Para calmar mi sed en tus entrañas y en tu plenitud de mujer a quien amo y vivo con la intensidad de un tornado.