MI PECADO
Y viajo en mi negrura llena de luz
buscando la oscuridad de unos ojos
que no me han visto nunca.
Yo imagino en la piedra
un cuerpo de mujer fosilizado.
Invento un alquimista
que extrae la sustancia de la roca
y, como Dios, antes del Paraíso,
construyo mi ilusión de femeninos rasgos.
Lo que sale de mí
que es parte de mi sombra:
amor viajero de mis estaciones;
la que jugó conmigo en primavera
y caminó en verano hasta el invierno.
Ella es, ella fue.
Quedaron muy atrás las hojas de sus pasos,
secas, tragadas por la brisa del invierno.
Yo soy yo y alguien fui.
Acorralado voy.
Me escondo y no desaparezco.
El viento me persigue y lo respiro:
tu aliento de mujer que vive en mi.
¿Quién soy?
Le pregunto a la esencia de tu esencia.
Mírame: soy hombre.
Confieso mi pecado:
sucumbo entre tu cuerpo.
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Caracas, julio 2013