Una voz

Los soldados de este mundo.

En este mundo...

el soldado toma sus armas, aguza las balas

no hay curvas en sus ropas cuadradas

lo llama el deseo de matar, o de desfilar.

Ha planchado sus anhelos con ideales y obediencia sin reproches

o quizás solo busca mantener una familia que esta muy lejos de sus noches

el soldado cree que tiene permiso de derramar sangre de culpables, inocentes o de amante

y ya no le importa si le agujerean el pecho como luna llena de cráter sangrante

en la cien del soldado ya no caben sus propios pensamientos, el odio los ha desplazado. Un sicario de la revolucion o las naciones.

se le sale la rabia de los ojos,  y las lágrimas se las evaporaron la política y el patriotismo

El soldado le hace la guerra a quien se le ordene, o por un errado heroismo

busca la paz entre las naciones levantando el rifle como bandera blanca

mientras mata al hombre que ha visto al mirarse en el espejo, y la sombra le hace falta

y se le acumula la culpa y el dolor. 

Al soldado se le olvido que cada una de sus guerras no se ganaban por crudas batallas

que amontonan cadáveres sobre ideologías y economías frías sin importancia

sus botas hicieron raiz en un bosque de árboles negros e inviernos rojos

no supo reconocer donde estaba el verdadero campo de batalla

se quema el verde prado de la vida bajo el paso del coro de una lúgubre canción 

pasaron por alto las batallas que ahora se le avecinan, las que se pelean no afuera, sino en el interior.

se le olvidó que las guerras se ganan al pelearse en el espíritu y dentro del corazón

deja la sangrienta faena, deja los ojos en tinieblas sin luz, ¡hay de aquel que te obligue!. ¡Vuélvete a Dios!.

 

Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Mateo 26: 52 «Guarda tu espada —le dijo Jesús—. Los que usan la espada morirán a espada.