Anne Black

La decisiĆ³n

 ¡Oye! tranquilo, no llores aún sigo aquí, aún sigo aunque quisiera partir.

-¡Ven, siéntate a mi lado! ¡he preparado el café!

(...)

- Disculpa, porque quisiera decir adiós pero sé que no puedo hacerlo, no todavía, porque debo obligarme a ponerme de pie para la familia.

- Aunque no tienes idea mi amor, cuánto anhelo partir...

- Tú bien sabes de mi lucha, tú entiendes mi cansancio y sin embargo me pides que me quede porque no sabrías qué hacer sin mi.

- No, no hables, déjame continuar, por favor. He sido una guerrera todos estos años, me he caído y levantado muchas veces, pero cada vez mas débil. He buscado excusas y me he aferrado fuertemente a ellas para sobrevivir, y tú, querido, eres parte de un apego tan grande para continuar. Y a pesar de amarte tanto, de amar nuestra familia, de ser tan rica aún me siento miserable, y sufro por ustedes, por mi decisión que es firme; ya no quiero seguir. Y aunque no quiera sigo aquí, respirando por nada, para ti, para ellos, aguardando el final, ardiendo por dentro cada vez que despierto, enfadándome porque espera otro día.

Me destruyo lentamente aspirando el humo de un cigarrillo, queriendo llenar ese vacío, buscando razones que hagan que quiera quedarme, apreciando tu cariño, viendo crecer a nuestra niña, cuidando de nuestros animales, a pesar, de que ellos me robaron su amor. Justo cuando comenzaba a creer de nuevo, me arrebataron sus ojos que sabían hablar y me decían que todo iría bien.

He delirado lo sé, pero créeme cuando te digo que mi delirio es mejor que una realidad tan cruel, una verdad que me es imposible de aceptar. Aún pienso que es una pesadilla, aún lo veo, lo escucho y lo siento entrar a nuestra habitación. Y cuando sucede todo vuelve a estar como siempre, cuando aparece vuelvo a ser yo, hasta que despierto y otra vez lo pierdo, otra vez siento ese hueco oscuro y vacío y corro, corro en su búsqueda y lo veo en la ventana de la cocina, parado mirándome fijamente, maullando para comer. Le sonrío y todo vuelve a estar bien. Hablo con él hasta que tú llegas del trabajo, finjo estabilidad y te saco charla porque no quiero que sepas que volvió, no confío en ti, tú piensas en el manicomio y no puedo permitirlo, no permitiré que me lo quites tú también, no volveré a perderlo.

- ¡ESPERA! no he terminado. Puedes decir que era un simple gato, sin embargo a pesar de que era un gato especial siento mucha culpa, tanta que no me deja dormir en paz porque no pude cambiar su destino, no pude detenerlos; eran tres contra uno... y eso me carcome día tras día y es suficiente para que valga el deseo de irme dónde no podrás verme, pero en el fondo me sentirás cerca. Y en las tardes cuando te vuelves a ir, espero tu llegada con todas mis fuerzas, miro el reloj continuamente, me entra el miedo y la ansiedad, fumo sin parar, entro a la habitación y me recuesto sobre la cama, busco con qué pasar el tiempo y de repente se presenta en mi cabeza esa tarde, imágenes desagradables, oigo mis gritos suplicándole que lo suelte, que pare, y comienzo a temblar, lloro sin parar y deseo morir. Entonces vuelvo al principio dónde empecé a decirte que me he rendido, porque la culpa me domina, no me deja seguir, me desarma al abrir los ojos y me obliga a sufrir.

Sé que amas a nuestra hija, y que serás un buen padre, que la cuidaras y defenderás con tu vida, porque viviré en ella y querrás protegerla aún mas. No me odies por bajar los brazos, déjame perderme en mi fantasía absurda, permite que cuide de él lejos de la realidad que nos distancia y lastima. Necesito mas que nunca partir mi amor, sé que entenderás, aunque quizá te lleve tiempo, llegara el momento en el que me dejaras ir y sabrás que estaré feliz y eso te dará fuerzas, saldrán adelante porque eres un hombre valiente y encontraras la manera para proseguir, para que nuestra hija sea feliz, para que se convierta en una mujer de bien y nuestros perros vivan como siempre; sin preocupaciones, sin angustias y miedo. Lo sé y discúlpame, pero me quede sin cartas para jugar, te amo créeme, no obstante amo mas la idea de acabar mi sufrimiento, soy como un animalito mal herido esperando ser sacrificado para por fin descansar, soy mas débil de lo que piensas, mas cobarde y desgraciada.

(…)

- Bueno, no tengo mas qué decir... supongo que aquí me despido, y recuerda que cuando ocurra me he ido bien, y no sufras, sé feliz.