Lucy Quaglia

Cascadas de arena

Cascadas cansadas,
cargadas de heno,
de flores hermosas
y hojas del invierno
que dejó el otoño
en prados abiertos
cantando a la aurora,
al perro que ladra, 
al gato que llora,
a la ropa fina,
con puntilla vieja
que cubre de pronto
recuerdos que quedan
sin verse ni hablarse,
solo con la pena
de días sin sol
y noches de arena.
Cuando lo que cuento
apretándote 
cerca de mi alma
con vientos furiosos
que calan los huesos
tan cerca del frío
que siento en mis rezos,
todo se congela,
nada queda afuera.
Cascadas cansadas
que escribo sin tino,
sin pie ni cabeza,
tan atropelladas
que nadie las deja
que se acumularan
junto a mi pareja
como algún clavel
detrás de mi oreja.