Efímera a veces… e inadvertida…
veloz pasa la vida…
como pasan los instantes…los memorables …
los ratos de euforia…casi impalpables,
como se van los momentos de placidez…con frigidez cambiante,
con escasa lucidez…en soledad frecuente,
pretendiendo evadir los senderos del olvido.
Tan breve la existencia…fantasmagórica...
espectral complicidad pasmosa…que arremete con frecuencia,
como alarido que desboca su indolencia…
y desgarra el cendal del silencio...
y se desdobla agonizante…
soportando con impotencia las viejas heridas de esa cruel indiferencia.
Fugaz el día a día…inhalado...respirado,
de cotidiana melancolía,
de insuficiente convicción…espinoso…
con irónica complacencia,
con la fragilidad endeble de la primavera en flor…
y el escaso calor del sol en las dilatadas tardes de invierno,
como raudo el viento insurrecto de los otoños acicalados de ocre nogal,
o exiguo como el transitorio manto azulino celestial…en tiempos de borrasca…de un total nublado.
Así…momentáneo y febril…
tan deleznable y débil…
como las penas arrinconadas por las incertidumbres,
como sueños rotos que dejan escapar insomnios necios…e incontenibles…
como se fraguan los incontables desvelos en perpetuas noches estériles de ilusión.
Breve misión de subsistirle a los delirios antojados de excitación…
desbordados de deseo…
con unas ganas de labios fogosos…rellenos de besos,
deslumbrándose de ansiedad…
por el centelleante reflejo de esos ojos…que intrigan de embrujo,
seduciéndose de pasión alucinógena, casi demencial...
por sus formas perfiladas…exuberantes…de mujer fatal.
Efímera a veces…e inadvertida…
veloz pasa la vida,
tan vertiginosa y desvanecida…
tan escurridiza e instantánea,
fulminante se desplaza ...
y se disipa en un fragmento de vacío…elemental y frío.
Así termina irremediablemente debilitada…
derrumbada…
deshecha…
a veces sin dar tiempo a nada más…
sin despedida.
Efímera a veces…e inadvertida…
veloz pasa la vida,
pasa la vida,
pasa…