¡ay!, Nervo causante de mi llanto
le dijiste a Leonor que era un ensueño
¿que le diré yo a la que quiero tanto?
a la que de mi corazón es dueño
en tus versos me perdí con ansiedad
cada línea envolvió mi alma triste
tus rimas cantaban mi verdad
cuan melodiosas sílabas vertiste
copiaste ciego del bardo ilusionado
siento yo lo mismo cuando copio
de esas, tus estrofas un entonado
endulzando mi soñar, fuiste mi opio
debe esto hacer sentirte halagado
oir en mis versos tus entonamientos
pues dicen que el ser uno imitado
es el mas grande de los cumplimientos
ahora te digo, dulce hombre
quieto, y con apaciguada calma
cada vez que escucho tu nombre
lloro por ti, por Leonor, por mi alma