Un político inmoral
nada cuesta descubrirlo
ni tampoco describirlo
por su ausencia de moral.
Su pensamiento es banal,
aunque no quiera admitirlo;
un político inmoral
nada cuesta descubrirlo.
Muchos son tal para cual,
nada cuesta predecirlo
e importante es repetirlo:
«Que un político inmoral,
tiene piso de cristal»