Clodia Pulcra
Ay Clodia, amiga mía, ¿Por qué vienes de noche...?
muchos ojos te observan, no salgas al balcón,
tu poeta enamorado, está más que celoso
y se ha confabulado, con Tulio Ciceron.
Nunca me han agradado los poetas despechados,
y si a esto le sumas la loca juventud,
cualquier hermosa dama que cruce por su lado,
aprende que el silencio dejó de ser virtud.
Estás en muchas bocas, querida Clodia Pulcra,
son pocos los que aprecian tu culta erudición,
la fuerza avasallante que encuentras en la música
y toda la ternura que está en tu corazón.
Eres bella y hermosa, como una diosa griega,
tu cuerpo alucinante, es ánfora repleta,
mas la impetuosa sangre en tus venas, te ciega
y le das a un gusano, lo que sólo es del poeta.