fasago

Tinieblas del vacío

Escuchando el rugir del oleaje, el espíritu se agiganta,

en su profunda soledad, sueña que se besa con la luna,

suspira, al sentir el aroma marino y salado en el viento;

del profundo mar, que gustoso le ofrece sus perlas y corales

 

Cual ave presurosa, prepara el vuelo buscando el nido,

preservando su límpida  belleza entre tantas tempestades,

 después de soportar sus noches de tinieblas y vacío;

el alma, al contemplar los astros luminosos, se complace,

al sentir el ósculo perfumado del alba en la brisa del rocío

 

Indomable, retumba el relámpago que estremece y levanta,

del mar que no duerme, con su salvaje oleaje de reproche;

descubre el oscuro velo, que su espíritu importuna,

en el tálamo de amor, en el negro abismo de su noche