Miro las sombras
de besos ya idos,
de recuerdos sin fin
y un pasado herido.
Miro la gris orilla
de lo que fue y ha sido,
de gente sin rostro
y nombres perdidos.
Miro cada nuevo día
con un ayer desteñido,
de colores que cambian
sin alterar el sentido.
Miro las calles secas
en un barrio sin nido,
donde no crecen las flores
y el aroma es de olvido.