Cubanito

aunque no lo parezca, hablaba de ti

El sentido eterno de la herida que motivó la muerte, Daba corazones de suertes casi todos los días, Pero no tanto como para resarcirme inerte. Intenso corazón de espalda fuerte y débil duda de mañana fría.

Perdida humana de besos no valorados, todas las penas, Del primer número primo al último trago de abrazos la bebida, Encresparon los sentimientos buenos y se llenaron de aburridas las cenas, Tanto en neuronas se ha gastado convertida en resaca de alma matutina.

Y si todo no pudiera ser más enredado, no sentía que a mi lado siempre estabas, Con la cara seria de quien sufre la vida va mi egoísmo, Que nunca ha visto tu señal triste, esperanzada y embriagada, No recordé que matabas a espaldas mías, la tristeza que me llevaba al abismo.

Siento que no calculé tu valor real que es infinito, Al saberme en tanto grito, no te dije lo mucho que te quería, Sacudido por el golpe que sufría mi ego y mi disgusto exquisito, Te perdí sin hablarte de los corazones de suertes que han llenado esta poesía.