Unas veinte y tantas personas transportadas en una cavidad de quince, todas respirando el miedo; miran los focos y la oscuridad, tanto temor hay del mañana.
Miedo al café madrugador y la mano temblorosa con yesca y el cigarrillo apretado entre los labios, los huevos al sartén con la yema cruda, el arroz mazacotudo, el pollo sangrando, los platos sucios.
Los gemidos del vecino fornicando, el agua de la ducha helada, la pasta de diente seca, el jabón con pelo, quince minutos retrasado, otro golpe a la moral por el supervisor, treinta minutos sin pagar, otro accidente a un metro de distancia, un alcohólico hablando de su hija muerta, una enfermera con mirada atravesada, una pareja de homosexuales abrazada y un marido y su esposa sacándose sus madres, otro cante pobre, una limosna de un timador, perros acostados en la acera a 1°C...
Unas veinte y tantas personas transportadas en una cavidad de quince, todas respirando el miedo, miran los focos y la oscuridad, tanto temor hay del mañana.