Mauro Enrique Lopez Z.

Una pequeña ilusión

Una pequeña ilusión tengo, que es 
por ti mujer, en mi corazón de hacerte 
mía algún día,  amarte todos los días 
hasta la vejez; y rezo en las noches 
al creador para que seas mi amada 
esposa, con ternura y amor. 
Que pequeña ilusión tengo de amarte, 
hasta que seamos adultos mayor.