Una noche me acosté temprano
para ver si soñaba contigo; que pena
la mía, que entre más quiero hacerlo,
no puedo, hasta ni recibo un mensaje
o llamada de ti; tampoco te extraño,
no sé que me está pasando, hasta
mi amor por tí se me ha escapado
de mí, y mi sentimiento de amor por tí
ya no está en mi pecho; mi pena creo
que se la llevó el viento, hasta de soñar
contigo no lo hago porque duermo
dulcemente, y despierto felíz sin tener
ese sueño, que quiero y creo que mi Dios
no me concede por ser mala conmigo.