Usted me produce un deseo de amor, unas ganas de querer.
Me impulsa a creer, volver a florecer.
Porque usted me alivia y es tan bonito quererlo que la vida ya no es tan solitaria y grisácea.
Entre tus manos estar, ahí quiero reposar.
Sentir esa seguridad, el calor de tu piel que abriga mi ser.
Por eso y mucho más me alegra tenerlo y entregarme a usted.