La bandera del valiente
nunca tiene que rendirse
debe ondular vehemente
y de lealtad vestirse.
Con el estoico bagaje
lleno de recia hidalguía
por siempre será la guía
bordada de gran coraje,
que vistiendo con ropaje
de esperanza redentora
ha de brillar linda aurora
de la paz luminiscente.
¡La bandera del valiente
nunca tiene que rendirse
debe ondular vehemente
y de lealtad vestirse!
Todo guerrero avezado
llena su pendón de gloria
escribiendo así la historia
que deja siempre el legado
del compromiso sagrado
que dejaron los abuelos
de ver brillar en los cielos
del honor su luz ingente.
¡La bandera del valiente
nunca tiene que rendirse
debe ondular vehemente
y de lealtad vestirse!
Vive siempre en los anales
del corazón aguerrido
el brillante colorido
de pabellones marciales
que son solemnes puntales
que sostienen la justicia
que nos traen la caricia
de su luz incandescente.
¡La bandera del valiente
nunca tiene que rendirse
debe ondular vehemente
y de lealtad vestirse!
En la lucha libertaria
siempre flota una bandera
cual paloma mensajera
cuyo trino es la plegaria
con esa llama incendiaria
que la libertad predica,
en cuya esencia radica
de igualdad sueño fulgente.
¡La bandera del valiente
nunca tiene que rendirse
debe ondular vehemente
y de lealtad vestirse!
Como el rayo que destella
del huracán su portento
es de la patria fragmento
que brilla como una estrella
esa insignia pura y bella
en cuyo lienzo se mira
de la paz su hermosa lira
tañendo un canto ferviente.
¡La bandera del valiente
nunca tirne que rendirse
debe ondular vehemente
y de lealtad vestirse!
Autor: Aníbal Rodríguez.