Quiero la lluvia que moja todo,
la del beso final.
Esa lluvia pasajera
que con un abrazo
se detiene y se va.
También quiero la tormenta,
devoradora de integridad.
Que me aceche cuando corra
y me acompañe a descansar.
Pero más que nada quiero
un cielo y una verdad.
Las nubes que hoy me tocan
y el sol que ya saldrá.