Rugen las olas y el magma se derrama
ladera abajo preludio del infierno,
rayos y truenos encienden los espacios,
encrespan mares quemando el firmamento.
Las aguas hierven presintiendo el choque,
ríos de lava se acercan a la playa,
Neptuno brama preparando el lance
mientras Selene incendia el horizonte.
Así me siento leyendo las noticias,
un Robinsón perdido entre las dunas,
entre un volcán que escupe azufre y fuego
Y un maremoto que arrasara las playas.
Satán jalea para que nos matemos
y así tener al completo sus calderas;
mientras el fuego devora el paraíso
los ríos sangran y la muerte impera.
Mas seguiré persiguiendo la utopía
aunque se esconda, por tierra mar y aire
recrearé el Edén que destruimos
en donde nadie no sea más que nadie,
donde el amor sea el pan de cada día,
donde los miedos se esfumen para siempre.
Están sonando campanas de rebato
pero nos dicen que son cánticos de fiesta.