Hay tiempo para amar,
cuando se abre el corazón,
dispuesto a perseverar,
y no renunciar a luchar.
Hay tiempo para soñar,
porque las metas se pueden alcanzar,
los obstàculos se superan,
y Dios bendice nuestros proyectos.
Hay tiempo para orar,
porque el dialogo intìmo con Dios,
nos otorga la fortaleza espiritual,
para transitar por su sendero.
Hay tiempo para encontrar el amor de Dios,
aprovechando las oportunidades que te concede,
para conocer, crecer, cambiar y convivir con tu prójimo.
Hay tiempo para actuar,
cuando los pensamientos nos abruman,
la decisión de seguir por tus ideales,
sòlo es tuya.