Haz Ámbar

Duelo eterno

Aquí me tienes, 

ahora dispárame, 

acaba conmigo para siempre, 

que no pueda ni ilustrarlo. 

Quiero irme, morir, 

¿es que acaso no lo ves,

no es demasiado,

no, suficiente...?

Lo vivo

clavado a un destino temible

con la obsesión

de no ser bastante

para nadie, 

si no sé para qué estoy yo

que sufrir sólo hago. 

Necesito una señal

de que todo lo que estoy haciendo

no es en vano, 

y que si muero seré alguien

más allá de este malestar

que me acompaña

con la suerte adversa

tendiente al desastre

y la falta de ilusión en el rostro 

y la carencia de madre.