Recuerdo tus besos que,
con la temperatura de las cerezas
me dibujaba ingrávido, sutil.
Recuerdo tu pelo y su idioma de algodón
desaguándose entre mis dedos
con el brillo de alguna luna de cristal.
Recuerdo cuando nuestros cuerpos
elevaban una nota al infinito
bañándonos en el rocío de una noche azul.
Recuerdo tu mirada,
siempre a tiempo para salvarme
cambiando el sol un par de estrellas dejavú.
Recuerdo tus caricias que como mariposas
desafiantes de fronteras
me hacían volar junto a ellas.
Y ahora que no te tengo
solo te pido…
Llamame!
Estoy perdido sin ti
Busco en mi sombra tu reflejo
transitando las calles de tu velo.
y condenado a deshojar rostros al azar
Te imploro ven aquí, querida mía
que ya no sé dónde estar.