Levito a fina cuartada de corazón trenzado,
no quiero estar aquí y no puedo explicarlo,
el aire huele pesado, el día llora porque he despertado,
pero no puedo dejar de hacerlo, solo camino por tal calle donde ni las sombras me consuelan con su llanto,
puedo ver espíritus divagar sobre quienes fueron, caminan sobre mis pasos, examinan mi postura, mi aliento,
hablo en tono descortés porque amables conmigo nunca fueron,
muérdame la lengua señor que mal educada soy al reflejar su ego,
no puedo creer que le permito arrancar uno a uno mis cabellos, solo porque si,
me he defendido, pero me están obligando a besar su mano y suplicarle perdón ajeno,
cuanta injusticia en mis ojos se ve reflejado,
tan cristalina fue mi causa y ustedes me han despedazado,
no soy la persona que conocí, he me desplomado,
me rompe un simple viento que susurra, yo en los arboles lo he escuchado,
no pude salvarme, hasta mi sangre han robado,
puedo escuchar a esas pobres almas que su cuerpo has robado,
no permites que sueñe, ya mis ojos has sellado, no puedo ver más allá de ti regañándome porque he respirado,
no puedo cuestionarte, ya mis manos has golpeado,
¿Cómo puedo llegar a aprender algo bueno de alguien tan malo?
Si alguna vez soñé ser tú, cuanto me arrepiento de siquiera haberlo pensado.
No soy tu, no quiero serlo, nunca, nunca seré tú, a Dios le he suplicado
que te borre de mi vida, que quite aquella tristeza que en mi corazón dejaste tatuado.