Escuché tu susurrante lamento
y solté caricias en tu rostro dolido
para suavizar tu corazón entristecido.
Quiero alejar los miedos detrás de tus sueños, quiero tu sonrisa de niño, quiero tu pecho aliviar y tu vida alegrar.
Entonces fueron tus caricias y fue mi valor.
Que un beso mío en tus labios cayó.
Presuroso y tímido cuál ladrón, pero yo solo quiero robar su sinsabor.
De muy lejos he venido y largo ha sido el camino hasta vos, temo quebrarme a tu roce, que te disuelvas y abandonarme de nuevo al viaje y el cruel destino en el oscuro y frío camino.
Vengo temerosa, herida y curtida hasta el alma.
Pero en la misma medida me arrojo a tus brazos y también susurro mi lamento.
Y lloro para florecer a la luz de tu amor que se ha dado a conocer, me quedo aquí en la fertilidad de su corazón.
Entristecido corazón al igual que el mío, pero que guardan amor y alegre sensación, así que deja que caiga de nuevo mi beso para que a tu alma suavice del cruel lamento.