De entre la niebla
asoman los recuerdos
de aquella infancia.
Vuelven los juegos,
estudios y deberes
en los colegios.
También las risas
mezcladas con el llanto
en la familia.
Tiempos pasados
resurgen de la bruma
como resacas.
Lejanos días
que hoy veo entre tinieblas,
atrás quedaron.
Fechas insignes
con triunfos y derrotas
que me formaron.
De ellos conservo
el verso y el poema
que me dejaron.
Y va en mi sangre
el néctar de aquel tiempo
maravilloso.
Quizás, por eso,
perviven los recuerdos,
de vez en cuando.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/22