La muerte murió en mis brazos
estaba pálida
apenas y respiraba dificultosamente
era hermosa como la mujer de mis sueños
Y ahí van los duendes digitales
en autos formula 3
riendo a carcajadas
por los pajeros y prostitutas
Fácil es mentir
lo difícil es decir la verdad calata
sin máscaras de sal,
Alejandro Sokol tenía razón...
Las armas están ausentes
suspiran ante los ocasos
se tuercen como ligas
y jamás piensan en la muerte