Ben-.

Combate de siglos-.

Serán ellos los felices.

A ti te queda el rescoldo

íntimo, la parcela privada,

el simple sustento cotidiano, la

mirada acostumbrada al hastío.

Entre escombros, con ruinas ya dilatadas,

prosigues tu sueño, bandera ajada, con la

que combates, lejos y de madrugada, fantasmas.

Serán ellos los dichosos, sí.

Los que, habituados a la desmemoria,

fecunden los peces olvidados en el ajuar

de las nieves. Los que frecuenten

el bar de las noches perdido entre hospitales.

Lívidos de trementina, que aumenten,

viles, sus honorarios de aspecto taciturno.

Y en la vid, en lo largo del envite,

sesteen sus rebaños, junto a las piedras

invariables. Confieran sus estatutos

de niebla, a los largos pasillos de la insolencia.

Oh, forma extravagante de latidos imprecisos.

Absuélveme de este combate de siglos.

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