Se oculta la luna
por nubes opacas,
pintándose el cielo
de lóbrega estampa.
¡El viento se agita!
Corrientes heladas
gimiendo en la noche
anuncian la parca.
Parecen suspiros
de tristes fantasmas,
y son los siseos
que entonan las ánimas.
La muerte se acerca
con una guadaña,
la piel se estremece
del miedo que causa.
Se envuelve en ventiscas
y en trémulas ráfagas,
en negros augurios
de un terror que espanta.
El tétrico espectro
que trágico brama,
al cumplir su encargo
entre sombras marcha.
Se marcha sabiendo
que no habrá un mañana
para aquella vida
que ahora se acaba.
Y deja la muerte,
al partir impávida,
un escalofrío
que escarcha hasta el alma.