Y sé que soy tan tuyo pues me duelen tus besos
besos inmaculados que a otros labios sacian
la húmeda caricia que en encarnada ofrenda
los tactos de tu boca en plenitud agracian.
Y sé bien que soy tuyo te pienso a cada instante
mi pecho se enardece si estrechas otros brazos
me duele que otras manos deslicen por tu cuerpo
robando la lisura a tus delineados trazos.
Y sé que eres tan mía me lo dicen tus ojos
tus ojos tan radiantes cuál luna iluminada
aquellos que en la noche vislumbran tus andares
buscando en lo distante cruzar con mi mirada.
Y sé bien que eres mía me lo murmura el viento
el viento puro y suave que vuela tus suspiros
dulces exhalaciones que emanan de tu pecho
cálido y gentil pecho que causa mis delirios.
Tal vez somos ajenos a causa del destino
sin poder estar juntos como agua y como aceite
cuál mar y firmamento que sin cruzar camino
anhelan el encuentro que colme su deleite.
Pero somos tan propios como al gorrión su trino
cuál flecha de cupido es a dos enamorados
tan propios en escencia como la espiga al trigo
que algún día cumpliremos vernos entrelazados.