Me invitaste a cruzar sobre tus aguas tempestuosas…
traicioneras.
Me empujaron a tu mar mis sentimientos impetuosos.
En la playa la impotencia se quedó desalentada…
intranquila y cabizbaja…
meditando la crueldad de tu fugaz alejamiento…
para siempre.
Se perdió tu traición en el ocaso de un matiz rojo fuego apasionado,
me mintió que era mío…
no fue así…
no era cierto.
Tu mentira se ahogaba mar adentro en el paisaje sideral ilusorio…
extraviado…
inexistente.
En una ola arrebatada se veía naufragar nuestro silencio…
inalterable…
encubridor…
sin sentido.
Hoy me encuentro con tu sombra escurridiza…
sin motivos.
No hace falta hacerle gala a este lamento.
La traición se ha consumado en el mar de esta perfidia…
inevitablemente.