Cesar Perez Marquiz

Senti su temblor...

Sentí su temblor y el olor de su cabello,

Sus mejillas suaves rozaron mis besos,

Un quejido leve y su cálido aliento

Llegó a mis oídos como un tierno destello…

 

Con las puntas de mis dedos tome su cintura

Acercándola a mí hasta ceñirme su torso…

Mis besos viajaron de su mejilla a su boca

Como excitantes notas de  una bella obertura…

 

Nuestros cuerpos atados a los compas del deseo,

Trenzados en un  acto de fuerte pasión,

Rompieron el cauce de mi amor primigenio…

 

Pero llega la hora de su triste partida…

Y su cuerpo de  suaves montes y valles,

Se marcha una tarde… sin despedidas…