Tantas veces
he cruzado este desierto
que no sé si es uno solo
o son varios
que se van apareciendo,
se intercalan
como cuentas de un rosario
y rezando mil plegarias,
yo atravieso...
He ahogado tantas veces
este lamento
al sentir que todo es negro,
percibiendo cada cambio
como un paso hacia el abismo
de este mundo que se hunde
en miserias y egoísmos...
He llorado tantas veces
de impotencia y desengaño
comprobando (siempre tarde)
que el amor es para tantos
sólo objeto desechable
que poseen un momento,
que hay muy poco sentimiento
que perdure con los años...
Tantas veces me deslizo
por el mismo precipicio
pero luego me levanto
y renuevo la esperanza.
Y aunque sea un incentivo
que yo misma me prodigo,
viviré cada momento
y redoblaré la apuesta...
¡El amor es lo que cuenta!
Pero no el que está de oferta,
que se nombra vanamente,
que se usa porque vende…
El amor de quién te mira
te escucha y te comprende,
te acompaña y te valora…
Tantas veces, desde ahora,
miraré hacia adelante
y seguiré con mi vida
escribiendo cada día
lo que el corazón me dicta.
No dejaré que me ganen
la tristeza y la apatía...
¡El amor es lo que cuenta!
Déjenme que aquí lo diga…