Es un hombre con la pureza de un niño, sencillo y amable, revestido de esa inocencia que provoca mi perversidad.
Me fascina perderme en su mirada, en sus ojos negros que saben leer hasta lo más profundo de mi ser, despertando sentimientos que creía olvidados.
Tal vez nunca logre arrancarle una serenata. Aún así, sus labios me susurran ardientes poemas de pasión que son escritos por su lengua sobre mi piel cada noche.
Tiene manos firmes hechas al trabajo diario y a la vez llenas de una exquisita sensibilidad, propia de quién sabe desnudar el alma y el cuerpo.
Siempre serio, de sonrisa esquiva. Sin embargo, me hace reír cuando más triste estoy. Sus fuertes brazos son refugio seguro contra las inclemencias del destino y mis propios miedos.
No voy a negar que por momentos me hacen rabiar su hermetismo y su silencio, producto de esa timidez que le caracteriza, a la que se le escapan las más dulces palabras cuando de consolarme se trata.
Apacible y sereno, es casi un santo, uno que obra el poderoso milagro de trocarme de estatua en mujer.
Así es él, una perfecta amalgama entre el seductor que llena mis madrugadas de placer y el correcto caballero que da alas a mis sueños.
Mi poeta silente, mi gema preciosa, mi Santo GRIAL del amor.
Intensity ✍️