Y aún cuando muchos años han pasado,
... parece que fue ayer...
a la vez, parecen siglos...
Y siento que una sima profunda nos separa
y parece que se ensancha y se ensancha de tal forma
que de una orilla a otra no se escucha
ni se ve ni se sienten los latidos
que una vez igual cántico entonaban.
Hoy tu eres el grande,
la inteligencia hecha carne
un paradigma de sapiencia
que todo, y más aún,
comprende, intuye y sabe...
Y yo soy el tonto obtuso,
la estupidez hecha persona,
el ignorante y lerdo impenitente
que nada sabe, pobre ciego,
que no ve, ni oye, ni entiende.
Que culpa tengo yo de haber sido ensamblado
con refacciones de segunda clase?
y mis ejes y tuercas y tornillos y pernos
y resortes y bobinas no resisten
si no cargas de baja tolerancia,
y el catálogo del fabricante especifica:
"garantía sólo en uso limitado
bajo control estricto y vigilancia"?
Y por eso, entiéndelo, el producto de mi estro
no es gran cosa, apenas cualifica
en tu esquema de medidas y valores,
esa escala dilecta y exclusiva,
donde el culto al cerebro y a la chispa
sobrepuja por demás otros patrones.
Y así la brecha crece,
y no habrá bajo tales circunstancias
el encuentro de tu recta con mi curva
en un punto do coincidan
intereses, vivencias,
afinadas vibraciones
que restauren la confianza mutua,
"pié de amigo" para las avenencias,
para lo cual hermano mío te reto
a descender un poco,
mientras yo trato de subir
los centímetros, milímetros o comas que permitan
escrutar tu rostro,
confiando en ver el amigo del ayer,
el hermano compasivo y amoroso.
R. Gruger / 10-6-83 (a mi amigo del alma en tiempo de crisis)