Pescador de Sirenas.
Tú me besas la frente, yo finjo estar dormido,
mientras pasa la noche y sólo ésta tendré,
mañana al despertarme, cuando tú te hayas ido,
dirán que no fue cierto, que todo lo soñé.
Ya yo no salgo, pero, quizá nos encontremos,
en lugares comunes, frecuentados ayer
y al preguntarme, entonces, ¿Tú y yo, nos conocemos?
Un destello en mis ojos te habrá de responder.
Tú insistirás, absurda, haberme conocido,
me dirás: No se dónde, pero te conocí.
Siguiéndote la broma seré un desconocido
para toda la gente, pero no, para tí.
Porque en tu piel quedaron las huellas de mi mano,
en tus sensuales labios, los besos que inventé
y en tu esqueleto hermoso, no quedó hueso sano,
la noche que tuvimos, por la única vez.
Pero ya desde entonces, y ahora para siempre,
viviré en este sueño sin querer despertar
y en mi bajel pirata, armado hasta los dientes,
buscando otra sirena, me adentraré en el mar.