Jadeante la noche y yo
te busco en penumbras.
Crujen las hojas
tras las maderas roídas,
y el olor de tu hombría
me llama danzante.
Apresuro el paso descalzo
y las entrepiernas desnudas
que gotean suaves
anhelando el encuentro.
Aprieto rodillas
retumba mi cuello y mi sexo.
La luz de la luna me guía
a tu silueta oscura
y al sudor en tu pecho.
Erecto me enfrentas
y reposas sobre tu espalda
llamando a mi cuerpo.
Dejo caer la túnica
para montarte callendo
y tu lengua empapada
recorre mis senos.
Siento tus falanges
penetrando este celo.
Me deleito lamiendo
lo que se adhiere a los huesos.
Tu frío extasía el ardor
de mis dedos,
y cabalgándote recia
te escucho gimiendo.
Roes mis carnes,
te agita el deseo.
Me quiebras la voz
y doblegas mis nervios.
Rompes en dos
mi razón y mis caderas al vuelo.
El bosque no puede callarme
después que te bebo.
Disfrutas la sangre
que brota de mi boca,
y muerdes ansioso la otra
mojando al tiempo la lápida,
frotando mis labios con la corola de tu miembro.
Cógeme. Cógeme de nuevo,
y mátame luego.
Crónicas de pantano y perlas
Caleidoscopio
D.R. 2015
Arte:
Apollonia Saintclair