David Arthur

La dama de los recatados ojos verdes

 

Después del estrés

de una resistida entrevista,

además poca éxistosa,

me quede con la ganas

de darme el lujo de una cena,

con un buen vino rojo

en compensación.  

 *

Por suerte, me encontré en una calle

cerca del barrio bohemio,

donde ví una taberna acogedora,

de cocina francés y aire de Montmartre,

con música suave de chansons

de Brel y Greco, calmando la tensión,

invitando a la buena vida.

*

Un menú en francés demasiado exigente

para mis pocos conocimientos , pero

la dama de los recatados ojos verdes,

los cuales aumentaron su encanto,

permitió escapar su curiosidad por debajo

del ala de su sombrero estrambótico.

*

Con sus modalidades de intuición

percibió mi dilema, para ella

ningún problema para asistirme,

tampoco para aceptar mi invitación

a cenar conmigo.

*

El centelleo del alba

dibujo su silueta,

la miré y sonrí.

 

David Arthur ©®