En esas rocas solitarias de las playas del sur,
donde comienza el horizonte profundo,
La algarabía y el bullicio,
están ausentes.
había crecido el silencio,
sobre la arena milenaria.
Absorto en pedazos de recuerdos,
que florecieron en otras épocas,
no me di cuenta de ti,
hasta que casi te toco.
Tú también estabas distraída,
talvez buscando retoños
en tu corazón lastimado.
Florecieron en nuestros ojos,
brotes de asombro,
en esas horas quietas.
El mar,
cegador e inmenso.
Las arenas,
limpias y descansadas.
Y el perfume que llegaba del este,
Azulino Y tenaz
Era nuestro paisaje.
teníamos urgencias,
de bálsamos curativos.
Y fue así que nos saludamos,
con chispazos de tiempo.
Y el sol,
que se movía lento hacia el ocaso,
fue la señal de que había pasado,
un universo de palabras,
y de encuentro.
en esas rocas solitarias del sur,
donde nos encontramos.
Y la sospecha fue certeza
había empezado un comienzo distinto.
De dos náufragos necesitados.