Y entonces se miraron fijamente un instante, y entonces él le sonrío sin decir nada, ella guardo su sonrisa con candado en el corazón.
En la noche, en el parque; poca gente corriendo a refugiarse del invierno, y ellos quietos frente a frente mirándose fijamente.
La despedida había llegado, una mirada era suficiente para entenderlo; un beso en la mejilla, un abrazo y ella le dijo adiós.